lunes, 28 de enero de 2013

Cómo hacer que tu mente y tu corazón trabajen juntos


La misma voz en tu mente que te dijo actuar, es la misma voz que se burla más tarde por hacer esa elección. Por desgracia, es típico en nuestra sociedad sentir un conflicto entre lo que queremos hacer (nuestro corazón), y lo que sentimos es práctico (nuestra mente). Terminamos viviendo una tercera parte de nuestras vidas en un cubículo de los "beneficios". Hacemos y decimos cosas, que parecen que realmente van en contra de lo que sentimos que es correcto en nuestros corazones. ¿Es culpa de tu corazón? ¿Tus sentimientos simplemente son tontos y frívolos? O tal vez es tu mente la que tiene la culpa. Hay mucho de condicionamiento social que cubre y oculta demasiado las cosas . Incluso si realmente sientes que es la opción correcta, ¿cómo puedes saber con seguridad? ¿Cómo sabes que no es simplemente lo que tú piensas que deberías hacer?
Todo esto puede sonar un poco exagerado, pero es un problema real. Se arruina vidas porque la gente no puede decidirse, acerca de si el camino de su corazón es válido o no. Terminan viviendo una sombra, de la posibilidad de lo que ellos pudieron haber hecho. Todo porque no se reconciliarón con su mente. Hay una respuesta simple para este problema. Puede parecer incluso un poco demasiado simple. En primer lugar, démosle un vistazo de donde surge este problema




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    Evita confundir el propósito del corazón y la mente. La razón principal por la que se sufre de esta enfermedad de indecisión, es que hemos confundido el propósito del corazón y la mente. El corazón es como una brújula, su propósito es guiar la dirección que nuestras vidas deberían tomar. Nuestro corazón tiene vista de pájaro sobre nuestras vidas y dice "aquí es donde estás y esta es la dirección a la que necesitar ir." Nuestra mente, por el contrario, no está hecha para hacer decisiones dirigidas a objetivos. La naturaleza de la mente es que conceptualiza, organiza y compara la información. Si comparamos nuestra mente y corazón como una sala de audiencias, nuestra mente sería el acusado y el demandante (ambos) y nuestro corazón sería la justicia o el juez (la dirección correcta). La razón de que estamos tan preocupados por este conflicto de "cabeza contra corazón", es que la mente no es sólo es el acusador y la defensa, sino que ha asumido el papel de  juez también. La mente nunca debe ser el juez. El trabajo de la mente es comparar y contrastar. Aclarar las cosas y decir "esto es lo que tengo, haz lo que quieras con eso" Pero a menudo nuestra mente no está haciendo eso. Nuestra mente está tomando nuestras elecciones. El corazón debe guiarnos al tomar las decisiones!!

    Evita confundir el propósito del corazón y la mente.
     Evita confundir el propósito del corazón y la mente.
    Lo que es peor, es que incluso cuando no necesitamos que nuestra mente este trabajando, todavía lo está. Comparando y contrastando todo. Meditando en todo principalmente. ¿Alguna vez has notado que, incluso cuando es completamente innecesario pensar en nada, tu mente aún está en eso? Unos pocos ejemplos de esto que vienen a la mente son: sexo, viendo una puesta de sol, o tomando una ducha. Una mente realmente no necesita estar pensando mientras estas haciendo estas cosas. No tiene sentido del todo.

  • 2
    Domestica la mente. Antes de que podamos conseguirle a la mente un descanso, cuando no necesitamos pensar incesantemente, primero tenemos que hacer amistad con ella. Si tratamos de decirle a nuestra mente que desaparezca, o que no la necesitamos, vamos a alentarla aún más. En lugar de un retiro vamos a tener una reaparición. Así que si queremos poner fin al conflicto de cabeza y corazón, tenemos que encontrar una manera de  casar esta pareja dispar. ¿Recuerdas que en el inicio, hemos sugerido que la respuesta a este problema es simple? Bueno, lo es. Pero no será fácil al principio, porque lo hemos estado haciendo todo mal por tanto tiempo. Lo que tenemos que hacer, es sólo utilizar nuestra mente para ir con nosotros mismos. Tenemos que aprender a confiar constantemente en nuestras decisiones, para estar "con nosotros mismos."
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    Piensa en cada una de tus decisiones. Al decidir qué teléfono tener, o con quién casarte, o cuánto tiempo pasar en la  mesa de la cena, piensa en cada una de estas cosas:
    • Gana información: ¿Cuál es el beneficio implícito de la decisión? ¿Será algo de lo que nunca te arrepentirás? Aunque tu mente, pueda estar diciendo que el beneficio temporal de una mala decisión te hará sabio, en tu corazón, aún puedes saber que no es la mejor cosa para hacer. Busca información sobre ti mismo y evalúa en tu mente.
    • Identifica los problemas: ¿Qué podría salir mal? ¿Te sientes bien después de tomar la decisión?
    • Explora las opciones: Piensa en lo que es mejor para ti, y la mayor parte del tiempo, lo que tu corazón te dice hacer, es la mejor opción.
    • Implementa un plan y toma una decisión. Aprende de tus errores e intenta de nuevo.
    • Al escuchar a tu corazón, puedes entrenar a tu mente a pensar como él y, eventualmente, trabajar en armonía.
  • 4
    Sigue practicando para caer en este nuevo hábito.¿Te has preguntado alguna vez, cómo saber si una decisión es la correcta? Parece tan difícil ¿no? Pero llega a ser muy fácil cuando piensas "¿esta elección va conmigo o contra mí?" Encontrarás que la mejor opción es inmediatamente evidente. Si puedes aprender a practicar esto, cada vez que hagas una elección, comenzarás a recuperar tu poder personal. Crearás un matrimonio de tu corazón y  mente. Entonces tal vez su hijo (tú), no tendrá daño emocional del divorcio que ha estado sufriendo por tanto tiempo. Toma la decisión hoy. Sólo tienes que probarlo. Ir contigo mismo.
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